El miercóles fui a ver a "mis chicas" y a "mis niños", que mios no son ninguno, que son para mi lo mejor que se ha inventado desde la Coca-cola. Y como cada vez que vuelvo, ahora ya de visita, lo hago con un nudo enorme en el estómago...porque soy un bicho y necesito que me sigan queriendo.
Encuentro a J de 9 años en el portal, y en el microsegundo que tarda en sonreirme de oreja a oreja (que sonrisa tiene el cabroncete...) a mi se me viene a la cabeza: me odia, me odia, ya me lo dijo el primer dia que empecé con ellos, tu te vas a ir como las otras...verdad?, y cuando me fui me dijo: NO!!!, no vas a volver, y alli que me fui a buscarlo y a explicarle que no me iba para siempre, que no podia quedarme, pero que me verian cada vez que quisieran o que pudieramos todos...todo eso y mil cosas mas ,en lo que se tarda en esbozar una sonrisa...pero me sonrió, porque sabe que yo siempre vuelvo, y me dijo: ¿que me traes?
¿YO? Nada, los reyes que han dejado en casa esto que les pedi, pero es para todos.
Se me acerca y me hace agachar, y me dice bajito para que su amigo no se entere: "mi mamá me ha dicho que los reyes no existen, jijiji, es que ya tengo 9 años"
Y me da un beso, ese beso que se que no le gusta dar, y solo me da el de bienvenida, nunca se despide de mi, todavia no se ha despedido de mi, y no quiero que lo haga, nunca, ninguno, porque quiero verlos crecer a todos, y para mi jodido egoismo, saber que de algun modo yo contribuí a que fueran niños felices, a que sus madres consiguieran aquello que se les había negado durante mucho tiempo, o que ellas mismas se habian negado, respeto, libertad, amor...aunque ya no esté con ellos cada dia, si pienso en ellos cada dia.
Y siempre que salgo de alli, lo hago con el alma en un puño, por la sonrisa de J, los ojos de mi niña, los guiños de las peques, las caracajadas del bombón de chocolate que apenas tiene un año, la traviesa mirada del rubio y los cafés con galletas que todas "mis chicas" se toman conmigo solo para preguntarme a mi que tal me va la vida, que se preocupan de si me tratan bien, que ellas siguen luchando y que yo no lo deje de intentar nunca. La verdad es que me han enseñado mas ellas a mi de lo que puedan imaginarse ninguna.
4 comentarios:
Parece que J. es el más cómplice de todos ¿no? Porque los demás no tienen letra :)
Conozco a alguien que es una esponja como tú. Se llama M.
Ah! Corazoncito en un puño... no entiendo el contexto pero lo intuyo. Arriba arriba!!
Hola Iralow, yo tambien he tenido algun chiquillo a mi cargo y se el cariño que se les puede coger con el tiempo, aunque de verdad te odien ajajjja.
Lo que me dijiste de los enlaces... es facil modificar el codigo de los blogs de blogspot, peor te lo explicare por mail...
saludetes!
Si es que eres más buena que el pan... y aún no he decidido si eso es bueno para el corazón o no. Implicarse puede ser doloroso algunas veces, pero muy pero que muy enriquecedor siempre. Y ese beso de J es, sin duda, la mayor de las recompensas.
Eres un tesoro.
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