domingo, enero 28, 2024

Libro II

 Me falta un teclado.

Tal vez así guardaría registro de todo lo que escribo mentalmente.

Como se pueden recordar cosas que nunca sucedieron, hasta imágenes de fotos antiguas aparecen, como si ese tiempo hubiera transcurrido realmente.

Te veo niño, imberbe, escuálido y desgarbado, con acné y una sonrisa mientras miras de soslayo a esa otra adolescente que debí ser en un tiempo en el que nunca estuvimos, esa niña ignorante de tus supuestos anhelos por ella..

Recuerdo tu recuerdo sobre una conversación inexistente en la que me cuentas como 10 años después de aquella foto, cuando ya eras alguien, me escuchaste cantar Alfonsina y el mar en la terraza de una plaza de Madrid.

Como me reconociste desde el balcón del piso en que te refugiaste en aquel viaje, y de tu cobardía al no bajar a saludarme, por no dar pie a los admiradores a descubrirte, según dijiste.

O más bien por los celos del chico guapo y alto que me besó al terminar de cantar…como finalmente confesaras al final de esta historia que nunca fue cierta.

Curioso incluso el hecho de que ni tan siquiera compartimos idioma, a pesar de que parece que hace una vida entera o varias en las que cada día, conversamos y nos contamos cada pequeño detalle…

La locura tiene extraños compañeros de viaje.