martes, septiembre 30, 2008

Mujeres

Siempre escribo de mujeres, soy mujer. Escuché en su momento que si quieres escribir debes hacerlo sobre aquello que conoces. Yo no quiero “escribir”. Yo escribo como hablo, como respiro o como duermo. Pero es cierto que escribo historias de mujeres, con mujeres, sobre mujeres.

Hoy la historia la encuentra sentada frente a un PC en una oficina vacía, sola, vuelve a ser la cabeza de turco de la fatal coordinación del equipo. Pero le importa una mierda.
Atiende a quien viene con su mejor sonrisa, pero su tiempo de trabajo lo dedica a cualquier actividad que no reporte beneficio a quienes la han perjudicado, un año con ellos le ha enseñado que todos son amigos hasta que deben cumplir con quien consideran un extraño.
Sabía de su cordialidad, apreciaba a la mayoría, pero sabía que no podría contar con ellos salvo que fuese una tirada o una extranjera…para todo lo demás, búscatelas.

Sus pensamientos pasaban rápidos de la deliciosa experiencia de abrir su ventana y ver África hacía menos de 48 horas, a las estupendas charlas de Manolo, el dueño de la casa, personaje y narrador de historias, persona ante todo, y amigo de sus amigos a todos los efectos.
Volvía a sentir en sus fosas nasales el olor de la tormenta sobre el Estrecho, y el de su piel después del sexo, suave y penetrante a la vez, tabaco rubio. Tendidos en aquel cuarto, escuchando tan solo el viento y su propia respiración.

¿Cómo puede pasarse de algo idílico a esto en menos de dos días? “Y en menos de dos segundos, pareces nueva”, se recriminó a sí misma.

Decidió no pensar más en la semana anterior ni en el momento actual, decidió recrearse en la sensación que le provocaban sus recuerdos del fin de semana, y se abandonó al vuelo de sus dedos sobre las teclas oscuras que narraban por ella lo que podía haber sido una semana eterna…cuantas malas noticias puede aguantar un alma en menos de una semana…cuantas escapadas puede planificar una mente en menos de una semana…cuantas citas, informes, cafés, cañas, llamadas, usuarios, sonrisas forzadas y no forzadas, hastío…eso es, hastío y nada más, sólo eso le provocaba ya el espacio en el que más horas pasaba cada día…


Creo que dejaré esto en suspenso, tengo que cerrar…vaya ser que se me cuele algún indeseable…

jueves, septiembre 25, 2008

Una mierda muy bonita...

Eso es, tres funerales y dos bodas,
que cinematográfico suena todo...

De televisión de mediodía,
de filmes lacrimógenos,
de esos que uno se burla cuando el sol brilla.

Los entendidos prefieren a Woody,
o a Houston…todos preferimos cuentos.
Feos, bonitos, de colores o simple humo narcótico.
Cuentos al fin y al cabo.

¡La vida es una mierda!, me gritó ella misma esta mañana.
Y tú le devolviste el “ace” a lo Nadal:
“Si mi amor, pero una mierda muy bonita.”

lunes, septiembre 22, 2008

El espejo de sus ojos...

Mil cosas se arremolinan en su cabeza, trabajo, distancia, salud…
Teniendo en la palma de la mano la posibilidad de tener un techo propio, lo piensa en voz baja, tal vez esta sea la definitiva, tras dos intentos fallidos no es bueno echar las campanas al vuelo…
Son más de 13 años peleándose consigo misma para conseguir tantas cosas…las mínimas, y ni siquiera esas ha conseguido…
Y sin embargo agradece, y maldice, y pelea, y sonríe, y besa, y protesta, y disfruta…igual que hace trece años, lo mismo desde hace 13 años…
Y es lo único que no quiere cambiar de sí misma.
La miro junto a su café, con su sonrisa y su deje irónico sobre todo, un poquito cínica y muy esperanzada.
La miro desde la poca distancia que me permite el cariño, y no la envidio, me gusta reconocerme en el espejo de sus ojos.

jueves, septiembre 04, 2008

En esas estoy....

Cuando el tic tac me golpea la cabeza a diario, me pregunto por qué puñetas existen los relojes.
Cuando las sábanas se me pegan y me atrapan, y me enredan como tentáculos o brazos de amante exigente, me da por pensar si no me convendría echarle uno lento y agradable, y largo, sin tic tac, haciendo oídos sordos a las obligaciones que me pesan como el hormigón. Claro que cuando me parecen tentáculos lo que me apetece es ponerles un poquito de aceite y pimentón y acompañarlos con unos cachelos y un buen Riveiro.
El caso es no levantarme a cumplir con mi obligación. Y creo que ahí radica el problema, que hoy por hoy tan solo es ya eso. Una obligación. Un “dejar de disfrutar con lo que haces” para pasar a un “de disfrutar con…dejar lo que haces”. Y en esas estoy.

Y me exalto con las amigas, y contesto malamente, como un niño tras tres meses veraniegos de asilvestramiento, la única respuesta que sale de mi cabeza es “no”…
Tal vez solo necesite unas vacaciones, tal vez solo necesite un tiempo muerto para dejar morir este tiempo de cemento y arrastrar de cadenas, fantasmal y automático.

O eso o que me toque el Euromillón, no sé yo si he acumulado suerte suficiente para tanto…descanso o dinero…o ambos, quien nos dijo que el trabajo dignifica no debió trabajar en su vida más allá de las sábanas captoras…