Imagine

Este fin de semana he decidido que quiero ser de mayor.
Quiero ser un hombre de 32 años, guapo, inteligente, soltero y con casa propia. Y un trabajo con un sueldo más que decente. Y llegar a mi casa y tener en la nevera dos lechugas medio podridas, una lata de coca-cola, una caja de leche caducada (por no decir corrupta), doscientasveinticincomilochocientastreintados latas vacías de cerveza (para reciclar) y una caja de condones de 24 a la que le faltan 23…
si, creo que eso es lo que quiero ser de mayor, porque eso significa que siempre como fuera, soy un tipo concienciado con el medioambiente, tengo un aguante de juergas de tres pares de cojones y una vida sexual más que satisfactoria….

Hombre, también podría ser que mi dieta fuera más que precaria, soy el guarro más grande que ha parido madre, además de que bebo para olvidar que los 23 condones que faltan en la caja son los que utilicé para llenarlos de agua y lanzárselos al cabrón del piso de abajo porque de los gritos que pegan las tías que se lleva a la cama no me deja pegar ojo entre semana y están a un puto pelo de echarme del curro porque llevo un careto de feria cada mañana que todos piensan que me meto de todo a diario….

Pero no, me inclino más a pensar que es la primera versión de esta historia la que más se acerca al tipo de “tipo” que quiero ser de mayor.

Después de descubrir esto sobre mi misma, me fui a la plaza de Santa Ana a tomarme una horchata, y aquello era un hervidero de vida, gente de todas las edades, clases y colores se sentaban a disfrutar de la cálida noche madrileña, mientras en el kiosko de nuestra terraza los camareros se afanaban en tenernos contentos a todos gritando : ¡¡¡¡dos white labels con coca en dos putos vasos bajos con mucho hielo!!!!

Y desde la emisora de radio John Lennon cantaba Imagine y yo pensaba que ojalá ese momento permaneciese siempre así. Aquel sitio, aquella banda sonora, aquella gente que no se conocía, compartía el mundo de aquella plaza y sonreía mientras hablaba.