Aummm, llevaba 15 días dándole vueltas al "celebro", entre cenas, salidas, conciertos y una media de 11 horas diarias de trabajo, necesitaba tomar distancia y dormir, de ahí mi estupendo cabreo pre, en y pos-puente...
Demasiado poco tiempo, demasiado trabajo, demasiadas emociones encontradas, demasiado demasiado demasiado, siempre centrifugando. Runrunrunrun....shiiiiiiiiiiuuuuuuuu...
El miércoles lo eliminé del programa y con ayuda de un duende me construí una burbuja de silencio, tranquilidad y ternura. Ni rollos zen ni ostias en vinagre, un buen caramelo dulce y reirse, reirse mucho, de todo, de uno mismo. Y si la vida se complica, pues otro caramelo para darle sabor, pero disfrutando el tiempo en que lo tienes en la boca. Porque los centrifugados están bien para secar la ropa, pero al final siempre sale arrugada y deslucida, y hay que sacudirla bien para que recupere su ser...así que voy a seguir sacudiendo mi ropa centrifugada y si recobra su apariencia ya se verá ¿no?
Y recuerda, que hay que comprar suavizante niña, que la ropa delicada se estropeaaaaaaa..Ja!
6 comentarios:
De modo que ya te has sacudido los malos rollos del puente?? Cuanto me alegro. Un poco de distancia, perspectiva, suele ser lo mejor en estos casos. El descanso hace milagros... a veces.
Di que sí, cuanto menos complicado es el programa de lavado más fácil de arreglar es. Busquemos la solición en las cosas simples, a mi me pasó lo mismo este fin de semana.
Un Beso
Edu
PD: El suavizante que sea con olor a pino, es más fresco.
Creo que, si he entendido todo lo que querías decir, no puedo estar más de acuerdo. Ni que lo hubiese escrito yo, oye.
Buenas noches ;)
Centrifugando....
mmm...
mi lavadora esta estropeada y se ha quedado encallada en el centrifugado, si sigo centrifugando me quedare loco para siempre.
A ver si la arreglo. Lo que pasa es que yo solo no puedo, seguramente la llevare al especialista...
Saludos,
Ka.
:))
Me encantaría comentarte algo súper puntilloso y profundo... pero tengo un día un tanto absurdo y sólo puedo lanzarte un abrazo virtual con la esperanza de que me invites a reírme a mí también, que buena falta me hace...
S.
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