miércoles, mayo 24, 2006

EL SECRETO DE REYNALDO


Alguien me ha dicho que no sabía que tenía lado oscuro, ¿no?, voy a contar una historia….

Hace un par de semanas un familiar cercano me hizo un extraño encargo, extraño por la naturaleza del mismo y por el lugar en el que tenía que realizarlo…digamos que no es algo que yo me preste a hacer así como así, siendo inexperta y frágil para según que cosas.
El caso que me dijo, por favor, estoy muy mal y yo no puedo, y es cuestión de vida o muerte…no pasaré del próximo sábado sin hacer una locura, por favor, por favor…

Así que me armé de valor, tomé la nota manuscrita, con letra nerviosa y emborronada en una esquina de periódico, con una dirección y la cantidad exacta de mercancía…y un nombre que no había oído en mi vida: Reynaldo.

Cogí el autobús, tras recordar la voz llorosa que decía…”no busques a nadie más, no confío en nadie más, si no es lo que necesito lo sabré…en serio, me daré cuenta”…y un escalofrío recorrió mi espalda. “Diez paradas, cruza la avenida grande y la segunda callejuela a la izquierda…es una puerta de cristal, no hay cartel, pero tú entra y dile que vas de mi parte…él sabrá como preparártelo.”

Y allí estaba la puerta, en aquella callejuela húmeda y sin sol, parecía que la temperatura había descendido 10 grados en un segundo. Aquella puerta, acristalada, pero con una cortinilla que al traspasarla sonó como 100 serpientes de cascabel…

-¿Hola?
- ¡¡¡¡UN MOMENTOOOOOO, AHORA SALGOOOO!!!
Aquella voz no podía ser humana, aquel grito estridente no podía provenir de una garganta normal…silbaba como las serpientes, como las cortinas, se clavaba en tu cráneo…me di media vuelta para escapar y entonces volví a escucharla…

- Que quiereeeeesssss…

Me giré despacio, un sudor frío me recorría la espalda, no quería mirar al propietario de aquella voz sobrenatural…estaba a un paso de caerme redonda…

Y entonces lo ví, aquel ser era alto y esquelético, con los ojos como los de un sapo y un pelo ralo, largo y peinado hacia un lado, para tapar una calva indisimulable, me miraba fíjamente, mientras las eses de su pregunta todavía flotaban en la estancia…sonreía, ¡por Dios, sonreía!, y que sonrisa, aquella mueca torcida mostraba unos dientes amarillos y manchados quien sabe porqué…pasaba la lengua por ellos, entre ellos, le faltaban dos, justo los centrales…

- que quieresssssss……- silbó de nuevo, impaciente esta vez
- ¿Reynaldo?- alcancé a preguntar con un hilo de voz….asintió y extendí la nota arrugada…
Alargó su esquelética mano, sus uñas estaban manchadas, no quise imaginar dónde las había metido, y cogió el papel. Una vez leído asintió y volvió a hablar “vaya, claro, si que tengo lo suyo, lo de la vajca”, comenzó a reírse como deben de reírse las ratas…”¿que tal está?, no mu bien pa no venir ella a bujcalo…jeeeee, jeeeee, como sabe ella lo que traigo yoooo…jeeee, je,je…espera que te lo preparo…¡Manuelaaaaa, saca lo de la vajca que han venío a por ello!!!!!”

Le oí golpear y toser en la habitación contígua, juraba en arameo, yo imaginaba que Manuela debía estar encadenada a una columna y recíbia palizas diarias…de otro modo cualquier ser humano habría salido de allí como alma que lleva el diablo…el diablo vivía allí, ya no me cabía duda.

Esperé lo que me parecieron siglos y apareció de nuevo Reynaldo, con su sonrisa más agradable, o lo que el consideraba agradable y me entregó un paquete…lo cogí con repulsión, solo pensar lo que había dentro me ponía la piel de gallina…

Rebusqué en mi bolso y saqué un billete de 50 €, “¿no tienes ná maj pequeño?” protestó…
Con un movimiento negativo de mi cabeza le hice entender que era lo único que llevaba….y en ese momento sonó la campanilla de la puerta y otra voz, algo más humana saludó:

-“Buenas Rey…¿tienes lo mío?- el troll propietario de aquellas palabras no mediría más de metro cuarenta de alto, por 2 de ancho, vestía una túnica azul celeste y unas extrañas sandalias de plástico, no llevaba medias o calcetines que ocultasen los largos pelos que surgían bajo la túnica.- Date prisa Rey….me lo limpias bien y me lo cortas para asar…y rapidito que tengo las “almóndigas” puestas en el fuego!!!!

Y así aconteció que el sábado mis tías volvieron a comerse las uñas de envidia al probar el cocido con bolas de mi madre…quien nunca jamás revelará a nadie quien le proporciona el ingrediente mágico que hace que aquello sepa a gloria…EL SECRETO DE REYNALDO IRÁ CON ELLA A LA TUMBA…Y CONMIGO POR LA CUENTA QUE ME TRAE….

1 comentario:

terminus dijo...

Efectivamente, tienes un lado oscuro, si. Porque... ¡Eres perversa! Ahora cuando prepare un codido simepre me acordaré que ingrediente es el de Reynaldo, grrrrr. Me has dejado con la intriga.
Y me has tenido agarrado a la silla durante toda la lectura.

Un mordisco

Edu