Relatos

Y tu me mandas relatos. Son las 3 de la manaña y yo he pasado una velada estupenda entre risas y buen vino con mi familia, mi gente,

y yo no puedo evitar llorar mientras escribo esto.

Por qué, por qué, por qué, siempre lugar erróneo, persona inexacta. por qué se me ocurre abrir el puto correo a estas horas.

Sigo llorando, mi vida es estupenda. Llena. Plena

Y no puedo evitar admirar tu forma de escribir. Tus relatos inacabados. Aquellas putas escaleras que me hicieron perder el control. Mi cara está empapada, porque quisiera, porque siempre irrumpes en mi vida cuando menos me lo espero.

Tanto cabo suelto, acabará haciéndome ir a la deriva, hace más de seis meses que te eliminé de la ecuación. Y sé que solo buscas una valoración. Explícaselo tú a a esa parte recóndita que sigue pensando que aquel desastre escalonado fue el que me sacó del ostracismo, explícaselo si puedes.

Ni caso, son las tres y estoy embriagada de felicidad y vino del bueno.