miércoles, noviembre 29, 2006

Zafarrancho!!!

Me he sentado dos minutos a fumarme un cigarrillo y a escribir esto, mientras la música suave suena tratando de apaciguarme...a mi y a la última pelusa que resiste bajo el cubre radiador del baño...
Mi madre vuelve el jueves, y obviamente todo tiene que estar limpio y ordenado, para que el lunes ella pueda volver a limpiar de nuevo...sin haberme echado un sermón.

Teniendo en cuenta que la casa no es grande, aún hoy sigo sin resolver los misterios que llevan a una mujer a llenar su casa de cajitas, fotos, tazas antiguas, una colección de perfumes en miniatura y todo aquello que sea “ponible” sobre una superficie lisa...y el caso es que queda bonito si todo está colocado con gusto (he de apuntar que todo el mundo le pide consejo a la hora de “poner” una casa).

Y es un enigma que siempre se me ha escapado, desde el primer día en que me tocó hacer zafarrancho de limpieza allá por el cretácico en una casa que era el triple de la que ahora habito. No quiero recordar la de “pongos” que llegué a retirar a lo largo de mis 5 años de convivencia fraternal y sin vigilancia paterna.
Me saca de quicio, no lo puedo evitar, tener que quitar 500 cosas para pasar un trapo...amén de tener que pasárselo también a cada dichosa miniatura y luego volver a colocarla con gusto...que eso también hay que saberlo...Eso si que entrena la memoria y no el chisme ese que se han sacado los de Nintendo de la manga...Amparo guapa, vente a limpiar a casa de mis padres y verás como se agiliza tu mente a base de miradas reprobadoras y “¡que limpito está todo!” mientas disimuladamente mira las esquinas por si alguna pelotilla delatora se ha escapado de tu mocho....
La verdad es que no entiendo como ha podido hacerlo todo ella solita durante tantos años, pero lo que realmente se me escapa, es como no se ha dado cuenta de que quitando la mitad (solo la mitad, no es mucho pedir) de todo lo que adorna su dulce hogar, seguramente su espalda, sus pulmones y su paciencia hubieran sufrido un desgaste millones de veces menor...no sé, supongo que es un misterio como los de Iker Jiménez...
Creo que solo explica el porqué adoro los espacios simples y diáfanos...

Bueno, voy a seguir batallando, no sea que en una de estas la pelusa rebelde encuentre un peluso de la resistencia y me monten una batalla campal en medio del baño...si no he vuelto a escribir en un periodo prudencial, llamen por favor a protección civil...probablemente esté siendo interrogada y torturada por un “pelotón” de ácaros...

2 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

mi madre lo llena todo de cachivaches y muy a menudo yo renuncio a limpiarlos. si por mi fuera en las estanterias habría libros, discos, un televisor, y poco más de lo necesario. Alguna cosilla de decoración pero no tantas para jodernos a la hora de limpiar. es como si fuera la venganza de mister pelusilla de polvo a la hora de la limpieza. Carajo, la de veces que habré renunciado a esa limpieza por los cachivaches.

Harry Reddish dijo...

Acabo de ver que me has enlazado, muchas gracias, es todo un honor para mí. Sobre los misteriosos objetos que decoran nuestras casas, te diré que también mi madre es coleccionista de objetos inverosímiles que guardan un orden inamovible en el universo. Ay de mí si mis zarpas osan descolocar uno de esos objetos. Estoy contigo, que viva el minimalismo zen. Mi solidaridad con tu campaña de limpieza... mucha paciencia, vale? Un besazo

Salud