Black Velvet

Black velvet, gonna bring you to your knees
Black velvet and I saw seventh sky
A new religion’s gonna bring you to your knees
Black velvet if you be...

Canta Alanah Miles en mi cadena de radio...y recuerda mi cuerpo lo que sentía con 17 años y con esta canción…es tarde y por fin me voy de viaje.
Es tarde y hoy todo el mundo quería saber donde, cuando, como y por qué…¿tan predecible se ha vuelto mi vida que todo el mundo se sorprende de que haga un viaje? Si, así es, y más cuando la primera sorprendida soy yo.
Una llamada telefónica, una amiga alegre, que pretende estarlo, cuando sé que ríe por no echarse a llorar, o gritar de impotencia…mañana comemos guapa, hoy por ti, mañana por mi…eres demasiado estupenda para estar pasando tanta ansiedad por algo que no lo merece…así que ahí voy, comemos, nos reimos, me quedo contigo si hace falta, nos vamos de fiesta si hace falta…vente a Gijón, lo pasaremos bien. Tú me asilas en tu corazón sin preguntar, y por eso te quiero so boba.


Y mis miedos, que se parecen a los descritos, siguen retorciéndome las entrañas, ¿Cuándo me he vuelto tan cobarde? ¿Cuándo perdí la capacidad de fiarme de mí misma? Porque yo soy mis entrañas, siempre he sido entrañas, siempre lo he sabido, aún cuando me las dejé sacar y subastar en plaza pública. Tal vez fue así como empecé a crecer, tal vez fue así cuando maté a mi niña, esa de coletas y desdentada. Esa que aparentemente sigo siendo, pero solo es porque tengo muy buena memoria, y un poder de mimetizarme con todos los que han sido mis yos, desde siempre. Y me quiero, así, tal cual, quiero a esta mujer segura, sin entrañas expuestas, que camina con la vista al frente y que se sabe mirada, no por guapa, no por fea, no por alta, no por baja, no por gorda, no por flaca. Solo porque camina con la cabeza alta, y mirando de frente. Porque esa niña que finges ser, se quedo allí, en pública subasta…y tú la recompraste la enseñaste a caminar con la cabeza alta, y la sonrisa abierta, y la cogiste de la mano y la protegiste. Y ese es tu regalo, tu egoísmo, que fue asesinada y la diste tu aliento de nuevo, y te la regalaste, para ti sola, mujer dura, y suave, y hermosa, pero te la regalaste para ti sola. Tal vez debieras compartirla, ahora que ella sabe que te tiene a ti para que nada la manche. Las dos, yo y yo, tu y tu, juntas, de la mano, por el mundo.