Soñando que tengo un hogar, por dos días descanso y veo la tele, y bajo a comprar el pan.
Soñando que será la última noche que vuelva a casa sola, salgo y me río y me tomo una copa o cuatro o ninguna, y maquillo mi mirada a sabiendas de que tal vez no vuelva sola hoy, pero seguramente sí mañana.
Soñando que mañana no tendré que madrugar me siento delante de la pantalla y escribo, y me río de mi misma, mientras el humo hace volutas delante de mis ojos, que esta tarde solo querían llorar, sin saber muy bien por qué...
Soñando que lo que se avecina será siempre bueno, con la certeza de que en realidad no necesito ser bruja para saber que no será así, escucho en silencio por si encuentro alguna señal que me demuestre que estoy equivocada.
Tal vez el cansancio y el olor a limpio de mi cuerpo, de mi pelo recién secado hacen de este domingo un domingo más que casual, en el que la casualidad no ha tenido cabida, un domingo en el que no ha habido llamadas inesperadas, encuentros deseados ni momentos acompañados.
Un domingo que precede a un lunes. Que dará paso a un martes. Que vendrá seguido de un miércoles y que en definitiva, es la sucesión de los domingos de mi vida, una vida que me gusta, aunque a veces parezca tan absurda como hoy.
6 comentarios:
Eh?
Un beso.
Ve tomando fuerzas, en menos de diez dias tendré ya medio de locomoción. Hay muchas escapadas que hacer y tu formas parte de ellas.
Mil besos
Edu
La verdad es que es el típico síndrome de tarde de domingo lo que describes. Si te sirve de algo, yo anoche cené con mi ex-suegra. #:p
P.D. A ver si no soy tan vago por el lado oscuro.
¿Qué habrá pasado -oh Iralow- que ayer tuve 17 entradas desde tu blog? Hoy cuelgo algo.
mucho ánimo, iralow, la vida está llena de esos momentos absurdos que llenan nuestros momentos. No te sientas mal y disfruta
besos!!!
¿No dicen que la vida debe vivirse momento a momento? A ver si resulta que, al final, sólo has vivido de verdad este domingo en que has sido consciente todo el rato de tu finitud. Besitos.
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