Trabajar con niños da mucho, y también quita. A él hoy le ha dado una sonrisa, a mi una aventura, que cuando sale bien, da para contar y reír...después de haber tenido el corazón en un puño cerca de 3 horas....se me han quitado hasta las ganas de comer...no hay mal que por bien no venga...
Se ha sentado a mi lado y ha hablado del grupo incontrolable, con una sonrisa perpetua durante 30 minutos, y ha contado 20 anécdotas en lo que dura un cigarro. Hoy ha sido feliz. Y yo con él. Ese ratito es impagable.
Y aquí estoy, agotada, impagada y temiendo al día de mañana. Y al de pasado mañana, sabiendo que lo enfrentaré porque me he comprometido...otra vez, con una idea que al final no me dejan convertir realidad, otra vez y olvidando reflejarlo en el compromiso escrito, otra vez...no aprendo, no aprendo, no aprendo...así que me comprometo, me rompo los cuernos y pago por mi mala cabeza, otra vez...
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