jueves, julio 10, 2008

...desde...hasta...

Remoloneando frente al teclado, abriendo una ventana y otra y otra y otra…el calor aplastaba las voluntades en aquel local de escasa ventilación e inexistente aire acondicionado.
Internet no ofrecía ninguna evasión refrescante aquella tarde, hastiado de buscar viajes que nunca realizaría a través de las ofertas de vuelos baratos, vuelos desde…que al final resultaban ser vuelos insulsos, inservibles para una rutina irrompible ¿volar un martes?¿regresar un miércoles?....vuelos “desde”. Sus ahorros le permitían vuelos “desde”, pero su tiempo disponible solo le llevaban hacia los vuelos “hasta”…imposible, en esos días su huída se presentaba imposible.

El tintineo de la campanilla de entrada rompió el ensueño, tarde de agosto, “la hora de los toros”, pensó para sus adentros, “aquí irrumpe el primero de la tarde”, y dibujó una sonrisa profesional en su cara…

Tras 10 minutos de cordial atención aquella persona salió con un montón de información y una sonrisa triste dibujada en su cara…retornar a su país, vencido, pero al menos no dormiría en la calle aquella noche.

Vuelta a la pantalla del PC, una ventanita azul parpadeaba en la esquina derecha, no había nombre “¿Quién eres?”, pensó….y escribió.
“Tu hada madrina”, respondió “Te concedo un deseo, sin fecha de caducidad”
“¿Quién eres?” volvió a preguntar
“Formula tu deseo”, contestó sin más
“…esto tiene que ser una broma…”
“Formula tu deseo”, insistió
“…no me gusta que me tomen el pelo…”
“¿Qué tienes que perder?. Formula tu deseo…”

Meditó unos segundos y llegó a la conclusión de que fuera quien fuese tenía razón, no estaba haciendo nada de provecho, no tenía planes de nada en meses y nada le esperaba en casa, nada le había provocado la menor emoción hasta hacía dos minutos…cuando aquella ventanita saltó en el lado derecho de su pantalla…

“…está bien…”

Un pequeño smily fue la respuesta que le llegó del otro lado.

“Deseo…”, no lograba encontrar las palabras para plasmar lo que deseaba, es más, ni siquiera tenía la noción de desear nada en ese mismo instante…

“¿Deseas?...”, volvió a parpadear el hada
“Deseo…” se dio cuenta de que tal día como ese lo único que se le pasaba por la cabeza desear era saber quien le había sacado por la fuerza de su rutina…
“Deseo saber quien eres” escribió por fin.

De nuevo el smily se encendió en su pantalla…”..concedido…”, y desapareció del programa de mensajería instantánea.

“Que contrariedad, justo ahora que se ponía interesante se va la red…mierda de día, mierda de suerte…”
La campanilla volvió a tintinear. “Esta vez que atienda Raquel, no estoy de humor”

Una mujer de mediana edad se acercó a la puerta de su despacho, y tocó con los nudillos en el quicio de la puerta …”Miguel, esto…hay alguien que pregunta por ti…dice…dice que es tu hada madrina…”
Miguel levantó una ceja en señal de incredulidad, se puso en pié y caminó hacia la pequeña sala de espera. Observó la figura que lo esperaba sentada en uno de los viejos butacones, colocados de espalda a los puestos de trabajo para no interferir en los quehaceres diarios salvo a petición de los profesionales.

“Buenas tardes, ¿en que puedo servirle?” dijo Miguel todavía si conocer la identidad de de quien lo reclamaba…

La figura se levantó y se giró para dar a conocer su rostro a Miguel, sus ojos negros revelaban una chispa de complicidad, y la mueca de media sonrisa en su boca implicaba familiaridad…”…hola Miguel…¿tomamos un café y te lo explico?”
“Verás, estoy ocupado, es horario laboral ¿sabes?”, no sabía si estaba sorprendido o enfadado, le parecía reconocerla, pero no estaba seguro de quien era ni de donde la había visto.
“…vamos Miguel…15 minutos, aquí hace demasiado calor para hablar de esto…salvo que prefieras hablarlo en Santo Domingo, desde…” su cara era la de la picardía personificada…hizo una pequeña pausa y solo dijo “…hasta…”

Fue entonces cuando se dio cuenta…era imposible…pero, era exacta a la guía virtual que se había fabricado para hacerle de compañía en tardes como aquella, tal había sido su nivel de aburrimiento…abrió la boca como los peces de colores en un acuario de cristal sin poder articular palabra…

Finalmente logró decirle a Raquel que saldría un momento, mientras agarraba a la muchacha del brazo, casi más por asegurarse de que era real que por sacarla de aquel lugar…

“No puede ser…¿quien diablos eres?”
“Te lo he dicho, soy tu hada madrina…y tu deseo” añadió.
“Pero…¿Cómo?” balbuceó
“Dímelo tú Miguel, estoy aquí por ti, y te lo agradezco”

Miguel sonrió, ella le dijo su nombre, él volvió a sonreír, no recordaba haberle imaginado nombre alguno, lo que significaba que o bien tenía identidad propia, cosa que le parecía estupendo….o bien era una chica muy muy lista, muy muy creativa y por su puesto muy muy interesada en él…lo que le parecía más estupendo aún…
“Esto sí que es un viaje “desde” y “hasta”, todo en uno, y lo mejor, es que es desde aquí hasta no se sabe dónde…”pensó, y un escalofrío de placer recorrió su espalda, haciéndole sentir vivo de nuevo…


2 comentarios:

Thsbonilla dijo...

Vaya, ahora deseo que la historia continue para ver que va pasando... Increíble lo que es capaz de hacer el aburrimiento y, sobre todo, los cruces del destino y...la magia! jejej

Un saludo!

Canichu, el espía del bar dijo...

yo también deseo un hada madrina... de carne y hueso. Bonito relato.