Desaparecida en combate

Sé que estoy desaparecida en combate. Sé que tengo mil cosas que debo hacer y otras mil que querría y que voy posponiendo, y sé que este mes ha estado lleno de cosas buenas y malas a partes iguales. Cuantas cosas que sé, cuantas que debería saber y otras tantas que ignoro.
Ahora mismo no sé ni el día en que vivo, y tengo tal batiburrillo en el corazón que mi cabeza no consigue aclararse, pero está bien, eso significa que están pasando cosas, muchas, significa que no me está viviendo la vida, que la estoy viviendo yo a ella, y sea mejor o peor es lo que me gusta.
Sacando las ruedas del carro del barrizal que me paralizaba los pies, y embistiendo los problemas como un miura, tirando p’alante en definitiva…
Y la primavera que acompaña, calor, terracitas, conciertos, pocas horas de sueño, muchas risas y mucho hacer de tripas corazón y sonreír cuando te apetecería salir corriendo y pegarle al que manda en esto, si es que hay alguien que sea responsable de lo que se nos pone delante para retorcernos las tripas…
Y encanto, mucho encanto, muchos encantos, a raudales, esos que arrancan sonrisas y carcajadas, y lo hacen solo por el placer de verte reír…