miércoles, abril 05, 2006

¿Valiente?


Gabriel llegó al inmenso apartamento que compartía con otras tres personas más en el centro de Madrid. Viernes, y esta vez era el único de los cuatro habitantes de la casa que no pasaría el fin de semana fuera.
Abrió la puerta y saludó a la nada, como esperando una respuesta que sabía no obtendría. Tiró la chaqueta en una silla y se derrumbó en el sofá. Observó que sobre la televisión había una carcasa de video, reconoció la cinta y meditó un momento. Suspiró y pulsó el play. Otro fin de semana más, sin ella…


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Irene meditaba bajo el chorro de la ducha, trataba de tirar por el desagüe de la bañera el enfado de la tarde, su fin de semana se había ido al traste por lo de siempre, trabajo, trabajo y más trabajo. Salió por fin de la ducha y se puso el camisón de verano, dispuesta coger su ropa interior, que todavía estaba tendida, una cerveza y sentarse frente al portátil. Otro fin de semana más, sola.

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Entró en el salón y observó que alguien estaba en el sofá, “Gabriel” imaginó, era pronto para su llegada, y fue entonces cuando un saludo se ahogó en su garganta, desde el ángulo en que estaba, pudo intuir claramente lo que él estaba haciendo, su cara concentrada y su respiración irregular….

Decisión inconsciente, lentamente, caminó hacia él, quien todavía no se había dado cuenta de que no estaba solo. Entonces la tarima del suelo la delató, y en un rápido movimiento, Gabriel detuvo el vídeo y giró su cabeza para encontrar la mirada de Irene.

Nadie dijo nada, el embarazo era más que evidente, pero Irene lo ignoró y se sentó junto a él en el sofá.

Gabriel la miraba, entre avergonzado y sorprendido: ¿Qué?....

- Shhhh, pon la cinta – dijo ella seriamente, justo en el momento en que deslizaba la mano bajo la manta, hasta coger su pene y continuar lo que él había empezado.
- ¿Pero qué… - no podía pensar, su cuerpo comenzó de nuevo a reconocer la sensación que hacía no más de diez minutos, él mismo, premeditadamente había estado buscando.
- Mírala a ella, mira la tele, si me miras me iré.

Comenzó a respirar rítmicamente sin apartar la vista de la pantalla, trató de hablar y alcanzó a decir:

- Irene, no sé….
- No.- dijo firmemente ella, mientras notaba la respuesta de su miembro en la mano.- No hables, quiero ver tu cara cuando te corras mirándola a ella. - Ni un solo momento había dirigido su mirada hacia el aparato que reproducía las imágenes.

- Pero…déjame que…- su respiración se aceleró dejando las palabras atrapadas en su garganta. - Entonces, suavemente, extendió su mano hasta tocar los muslos de Irene, un poco más, un poco más, solo un poco…no encontró la ropa interior.

- No. – volvió a decir.- solo tú.
- Por favor…por favor, necesito tocarte…tocarla, es lo que necesito para…- intentó controlar, no quería correrse tan pronto, alargar el momento, aquello no podía terminar así de rápido.

Irene cedió, había notado la punzada en su vientre, estaba mojada, el ver los ojos de Gabriel con el cristal del placer, su respiración, ahogada, era difícil negarle lo que necesitaba, no si quería saber como era su cara en el momento de llegar.

Él giró su cabeza y la hundió entre su cuello y sus hombros, comenzó a besarla, a lamerla, a mordisquearla, su olor aumentó la excitación, rápidamente colocó su mano sobre la de ella, que lo masturbaba, y ralentizó los movimientos:”despacio, por favor, despacio” susurró.

- No me beses, no…mírala, yo no…- ahora ella también se ahogaba, sus pezones estaban duros, su pecho reclamaba una boca ansiosa, una mano sobre él, caricias, deseo pidiendo deseo, a gritos.- No me mires, no…cierra los ojos…soy ella…yo….- su cuerpo actuaba sin pedir permiso ya.

Apartó su mano de debajo de la manta que lo cubría, la retiró y se puso a horcajadas sobre él, que tenía los ojos cerrados como le habían ordenado, y lo sintió entrar en ella, firme, gimió, gimieron ambos, y sus caderas se movieron rítmicamente, los dos conocían bien la coreografía…

Gabriel, aún con los ojos cerrados, bajó los tirantes el camisón y acarició sus pezones con la punta de su lengua, primero suavemente, y cuando la sintió jadear, aprisionó uno de ellos firmemente con sus labios. Irene gimió más fuerte, lo abrazó y sus caderas la delataron, acababa de correrse, pero no cesó sus movimientos del todo. Apretó firmemente sus muslos y besó el lóbulo de la oreja de Gabriel, sus párpados, su nariz, hasta llegar a su boca, que ahora respiraba dentro de la suya. Lo besó profundamente, entrelazando su lengua, recuperando su aliento, tomando el de él, y sus caderas comenzaron a moverse de nuevo con mayor rapidez.

- Vuelve a cerrar los ojos, por favor. – pidió, esta vez casi como un ruego.
- No…quiero… verte.- había alargado demasiado el momento…verla a ella sobre él, desnuda, caliente y húmeda, era demasiado para retrasarlo más.
Agarró a Irene por las nalgas y comenzó a dirigir los movimientos, más rápidos más firmes, miraba sus pechos, su cara, tenía que besarla, su lengua, su pene, todo él dentro de ella…y cuando iba a hacerlo, ella se abrazó a él, dejando que mirase la pantalla de la televisión sobre su hombro, dejando que la mirase a ELLA. Y así, llegó, en un espasmo, fuerte, intenso. Sin estar todo él dentro de Irene.

Se quedó así, con ella sobre él, escuchando como poco a poco, la respiración de ambos volvía a la normalidad.

- No es justo,- dijo Gabriel con un deje de amargura en la voz.- tú has tenido lo que querías, como tú lo querías…
- ¿Y tu no? Te he dejado verla…- contestó Irene sorprendida por aquel reproche.
- Gírate.-
- ¿Cómo?-
- Gírate, por favor.- Gabriel sonreía.

Irene dirigió su mirada a la pantalla del televisor, y se vio bailando, sonriendo y cantando, un día estival del 99, con sus vaqueros rotos, su camiseta mojada de sidra, mientras Manolo García hacía saber “…echamos un pulso, o jugamos un sencillo, frótate conmigo, hasta que me saques brillo…”

9 comentarios:

guitarboy dijo...

...así que todavía no sabes como es su cara cuando llega mirándola a ella...

iralow dijo...

por lo que imagino, creo que ya saben ambos dos como llega cada uno...pero es que tengo una gran imaginación ;)

MAHOG dijo...

UN 10!:
Lo estaba leyendo, cada vez más encantada, cada vez más excitada, más atenta... y de pronto me llega un sms al movil: ÉL, dice que me echa de menos y que no puede dejar de pensar en mi, la primera vez que me escribe un sms así. Termino de leer tu relato mezclando ambas sensaciones, la de tu texto y la del sms, termino temblando y te escribo esto sin dominio sobre mis dedos.
Felicidades, te superas!
P.D: Me lo copio y me lo quedo.

iralow dijo...

Oh! Me voy a sonrojar...todo tuyo.

Anónimo dijo...

Te estás convirtiendo en una firme defensora de pro del onanismo.
Lo mismo, hasta creas legión.

terminus dijo...

Al final dos dias solitarios se convierten en un torrente de sensaciones, juegos y placer.
Si es inesperado, sin pensar... mejor.

Beso

Edu

PD: Lo dicho, me encanta lo que dices y como lo dices.

Gabriel Noguera dijo...

Me ha encantado.

P.D: No he entendido tu comentario en mi blog. xD

Anónimo dijo...

Cariño, magistral.

Anónimo dijo...
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