domingo, marzo 01, 2009

De madrugada...

Son las 4 y 27 minutos de la madrugada. Insomne y tras un atracón del burguer trata de decidir si dormir o ver la insípida película del canal autonómico, la única que a esas horas emiten, con la salvedad de las porno de tercera con anuncios de pitonisas y mamadas gratis en tu ciudad...
Mira su fotografía y se pregunta que estará haciendo ahora. Hace siglos que no se ven. Tal vez debería llamarla. Pero a esas horas solo conseguiría asustarla.
Su cabeza regresa a la última vez que la vió. Aunque ella no le vió a él. Cruzaba la calle con una niña morena de la mano, sonreían ambas y parecía que le contaba algo de lo más interesante.
No podía llamarla, seguramente se había casado hacía tiempo y aquella niña era su nueva aventura, la que le duraría toda la vida.
Carlos descolgó el auricular y marcó un número que probablemente ya no le serviría de nada, y mucho menos a las 5 de la madrugada...un tono, dos tonos...
¿Si?
¿Claudia?
Si...quien es...¿Carlos?
Si...perdona que te moleste...
¿Que...que hora es? ¿Estás bien?
Si, lo siento...no deberia haberte llamado..yo, no sé muy bien porque lo he hecho...
Vaya...no te preocupes, estaba despierta...
Oh...¿que hacías despierta a estas horas?...
Claudia ríe brevemente y responde...
Pues verás...acababa de recordar tu número y reunía el valor para marcarlo...


Joder, como te hecho de menos. El lunes te vas a enterar...en cuanto aterrices

2 comentarios:

Capazorros dijo...

La mayoría de las veces no llamamos. Tal vez sea lo mejor.... o no.
Un saludo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Encantadora historia. A veces hay que dar ese paso que se teme dar, porque de lo contrario, podemos perdernos algo bueno. Besitos.