viernes, febrero 27, 2015

Realidades...

Ayer viendo una película tonta sobre el primer amor de un niño a los 11 años me di cuenta que el primero y único real que yo he tenido me llegó 20 años después...

No quiero decir que todo lo sucedido anteriormente esté borrado o menospreciado, en absoluto, pues sin todo eso, bueno y malo, erróneo o acertado, loco o medio cuerdo, no habría llegado hasta donde estoy.
A voces o secreto son vivencias sin las que no sería quien soy ni hubiese llegado hasta aquí.

Simplemente me he dado cuenta que lo que creía que era amor no lo era, o no al menos en la manera cierta y creciente en que lo es ahora...eran clases, aprendizajes por así decirlo, para reconocer lo que hoy por hoy tengo delante.
Empecé a pensar en que las locuras, los impulsos y las pequeñas agonías que el niño siente yo solo las he sentido contigo en grado superlativo, real, no en mi cabeza a solas, no imaginado sobre experiencias no vividas salvo por mí en mi cabeza...
Y cada día me voy dando cuenta que la realidad, mi realidad contigo, pesa más que cualquier otra cosa pasada.
Perdida en estos pensamientos y en la última serie irreal a la que nos hemos enganchado, comienzo a oírte roncar, y entonces me cabreo realmente, conmigo, contigo, con el gato y con la realidad, con ese trabajo que no te permite estar despierto a mi lado más de una hora...los sonidos de mi día a día son el centrifugado de la lavadora, el parloteo televisivo y el ronroneo felino...a sentirme a solas con una sensación de horas desperdiciadas...y a querer ahogar todo eso con una almohada...y a la mañana siguiente me río, porque el sol ha vuelto a salir.
Y aquí está mi realidad, y en ella estás tú y todo lo demás.
Y me doy cuenta de lo afortunada que soy.
Y escribo.
Y vivo.
Realmente.

1 comentario:

Canichu, el espía del bar dijo...

Pues por mí no se interesó nadie hasta los 28 ó 29 años. Hasta esa edad nunca estuve con nadie, porque a las chicas siempre les interesaban mis amigos y a mí me querían sólo para ser colega.