martes, marzo 12, 2013

Jugadores

Y ella le recuerda, con su cuerpo.

Recuerda su urgencia por tenerla, como la retiene contra sí, con fuerza, como si quisiese tragársela con todo su ser. 
La abraza, muerde su nuca, se hunde en ella mientras sujeta su garganta, casi con violencia, para poder sentir incluso en sus manos su respiración, su ahogo, su placer.
Recuerda como busca impaciente con sus dedos ese deseo inmediato, tal vez creyendo que con eso la encenderá como una cerilla, tal vez no sabiendo que lo que de verdad incendia su cuerpo es ese deseo de su propio deseo, ese querer inflamar todo su ser, el reflejo de sí misma en los ojos de él, cuando la mira, con ojos de cristal, cuando la explora y la hace explotar. La sonrisa del vencedor que en realidad no sabe que es el vencido, que ella le ha ganado al convertirlo en su espejo.

O tal vez ambos son jugadores de un mismo juego.

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