lunes, enero 14, 2013

Espabila...

Pues hala, ya estamos sumergidos de nuevo en la antigua y por desgracia vieja conocida rutina de...te veo el viernes, me voy el domingo/lunes por la mañana...

La novedad es que mi tiempo a solas no está lleno de idas y venidas, marrones laborales y cañas miercoleras...está lleno de cajas, papeles de periódico, mecagoentóloquesemenea...cuanta mierda se almacena en medio metro cuadrao...¿esto que coño es? ¿y esto de donde sale? ¡Anda, si estaba aquí el chisme inservible que llevaba buscando dos años!!!

Y tener que fijarme horas para, ahora empaqueto, ahora limpio, ahora recoloco...ahora me da un sofocón de llorar, ahora tengo un ataque homcida hacia la gatamanta que no para de berrear en la ventana...ahora achucho al gato rubio porque es guapo y cabrón y me recuerda a su dueño...ahora me enfurruño con el mundo, me enfado y no respiro...

Más tarde sorbo los mocos llorosos y me imagino mi nueva vida bajo esa luminosidad sureña, y se me va la chola pensando en la cantidad de cosas maravillosas que podré hacer a partir de marzo y las personas divinas que van a cruzarse en mi camino...

Y entre subida y bajada del tiovivo emocional, me siento, fumo e intento hacerme la valiente frente al espejo, mientras por el rabillo del ojo las ochopocientas cajas hechas y por hacer se ríen de mí a carcajadas y me gritan...¡venga, venga, que no tenemos patas! ¡ilusaaaaaaaaaa! Espabila...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué gráfico lo tuyo, qué bien contado. Muy bueno ese optimismo y esa luz sureña que está siempre en ti y alcanzas a verla ante cualquier desafío que se cruce en tu camino.

Besotes, A.L.

iralow dijo...

:) ¿sabes? tu también me iluminas, y me ayudas a ver con otros ojos que soy capaz de afrontar más cosas de las que a veces creo...besotes

Canichu, el espía del bar dijo...

nuevos rumbos.

pcbcarp dijo...

Odio las cajas. Normalmente sólo hay algo peor que vaciarlas: llenarlas.

iralow dijo...

nuevos nuevos, sip, a ver que tal sale la aventura.

Hay algo peor que llenarlas: vaciarlas de lo que había en la casa al llegar y llenarlas con lo que trajiste para llevártelo...es lo que tiene escoger una casa puesta con todo y querer hacerla tuya sin saber que en menos de tres años vas a tener que hacer de caracol otra vez...

pcbcarp dijo...

¡Pufff...! Yo aún recuerdo con horror mi última mudanza. Por suerte, hace ya 6 años. Y eso que me mudé a 150 m. de distancia.