miércoles, agosto 10, 2011

unica

El fin de escribir es escribir. Ayer Forrester volvió a emocinarme. Encontré mi corazón blandito entre voces de gente que no conozco, que no existe, que me dice que debo seguir soñando y que debo ser fiel a mí misma.
Fidelidad, eso que es, yo ya no sé a que ser refieren las palabras de aire, fidelidad, me suena a venta de cadenas de música, con altavoces estereofónicos para anunciar a bombo y platillo la nada. Todo se ha vuelto publicidad, me venden la vida, me venden la casa, el amor, la amistad, el detergente y la lavadora, todo en un mismo pack, envuelto en papel con dibujitos y sin garantía alguna.

Y aquí sigo, entre sábanas y sin poder dormir. odiando el viento que se cuela entre las persianas metálicas, diciéndome, no te duermaaaaaaaaaaaas, riiiiis, pum, pummm...y una niña histérica grita en la calle...y el macetero de plástico baila una una danza cosaca en el patio, cloc, cloc, cloc ...no te duermaaas, no descaaaanseeees, escúchame bailarrrr a la hora de la siesta.

El mundo reclama mi atención, mi energía, mis ojos ya no pueden más, mi alma y mi mente se diluyen entre ruidos, de dentro y de fuera, y yo no hago más que intentar ponerle atención, aunque no duerma.

Y entonces todo se queda en calma, y vuelvo a ser el número dos de las listas, el "no" más probable, el "después" que ahora tengo algo más importante que hacer, el último de la fila para el turno de comer, de dormir, de bailar, de acompañar. Imagino que es lo que tiene ser única, que las persianas, las niñas gritonas, los maceteros rodantes y todo hijo de vecino saben que puedo hacerlo todo sola y sin dormir.

Los peces de colores de la fuente siempre me preguntan cuando me inclino a beber agua en una postura de equilibrista que por qué nunca les pido ayuda...no hay respuesta, las palabras no sirven, entre que les contesto y bebo, me observan y esperan, atentamente...ni uno solo ha contemplado la posibilidad de lanzarme un chorrito de agua para saciarme antes, y después charlar todo lo que queramos...soy única como la ciudad en que que nací, y autosuficiente como la vida en que aprendí a vivir...

Supongo que mi felicidad nunca ha dependido de nadie en realidad, soy feliz porque he decidido serlo, aunque a ratitos tenga que volver a reiniciarme y a no esperar que nadie quiera recordármelo...

2 comentarios:

asinex dijo...

Eres única!

Canichu, el espía del bar dijo...

Y cuántas veces se ejerce de pilar de columna en el caso de algunas personas... y nadie se fija en el pilar, sólo en el fuste, y que buen fuste, pero el fuste sin pilar no sujeta capitel.