Tic, tac, tic, tac...
Los días son rojos en el calendario...
Las fiestas están aquí, a la vuelta de la esquina, y los ánimos a mi alrededor no lo reflejan, aunque el contagio sigue su camino.
Me pesan las horas, los párpados y demasiado poco los bolsillos.
Llueve y no es domingo, es lunes y martes, y viernes...todas las horas son las 3...y las 7, y las 8,30...
Y no puedo refugiarme en el alcohol, ni en el blando corazón de un cojín de plumas, toca ser acero...
No contar más que hasta 1...no bajar la guardia ni con 2...todo es frágil aquí, todo es frágil allí, la delicadeza para conmigo es un lujo que no siento que me dejen permitirme...
Y así vamos, rodando por la pendiente, con el freno pisado y reduciendo para no chocar en las curvas...
