Tengo el estómago hecho un reguño.
Dentro de tres horas comienzo minivacaciones.
Las comienzo entre la incertidumbre.
La ansiedad de que den las 7.
La impaciencia de que mañana el viaje sea agradable, que lo será.
Y estos dedos torpes que se equivocan todo el rato sobre el teclado.
Estas manos nerviosas que retuercen mi chal con mangas para cubrir mi cuello descubierto y con frío.
Estos ojos que miran al frente y se ven en un espejo, y que en realidad solo buscan una figura a través de la puerta de cristal.
Las comienzo entre la incertidumbre.
La ansiedad de que den las 7.
La impaciencia de que mañana el viaje sea agradable, que lo será.
Y estos dedos torpes que se equivocan todo el rato sobre el teclado.
Estas manos nerviosas que retuercen mi chal con mangas para cubrir mi cuello descubierto y con frío.
Estos ojos que miran al frente y se ven en un espejo, y que en realidad solo buscan una figura a través de la puerta de cristal.
Estos oídos que escuchan la música y el parloteo alegre de las chicas alrededor, y anhelan el sonido del silencio compartido.
Que quieren esa voz que les saca las sonrisas a golpe de tonterías y la carcajada a pensamientos rápidos solo por verme desencajada de la risa sobre un sofá.
Me voy, me voy, me voy. 10 días. Que semana tan larga ha sido. Que días venideros tan cortos. Que ganas, que ganas, que ganas...de verte.