lunes, marzo 18, 2013

Sana...


Como no tengo ni estiercorol, ni luceritos altos, ni acído cítrico de ese que te da goteras, ni un gato enterito con uniforme, ni un cangrejo en el húmero, ni me tienen que apuntar una pierna por tener el marisco roto...sana como una palangana, pues me voy a dar un premio como cuando era peque después de ir al médico...hala...

domingo, marzo 17, 2013

Sunday morning...

Acabo de entrar por la puerta de casa...va a ser que por muchos años que uno cumpla las viejas costumbres golfas son difíciles de quitar....

Todavía he dejado a media tropa celebrando y buscando el vermú extremo...yo me he hartado de echarte de menos en público y me he venido a casa para seguir haciéndolo en la intimidad...adoro pasármelo tan bien...pero cada vez llevo peor el no poder alargar el brazo y tocarte o que interrumpas educadamente mis charlas tan solo para darme un beso y luego dejarme seguir a lo mío.

Echo de menos levantar mi vista y verte sonreír y bailar a destiempo con la música que te gusta, echo de menos encontrar tu mirada buscando la mía o sorprenderme cuando yo te busco y te encuentro mirándome como si acabases de conocerme entre una multitud, y quisieses robarme y sacarme de allí.

Echo de menos no echarte de menos más allá de la distancia que existe entre tu piel y mi piel...

martes, marzo 12, 2013

Jugadores

Y ella le recuerda, con su cuerpo.

Recuerda su urgencia por tenerla, como la retiene contra sí, con fuerza, como si quisiese tragársela con todo su ser. 
La abraza, muerde su nuca, se hunde en ella mientras sujeta su garganta, casi con violencia, para poder sentir incluso en sus manos su respiración, su ahogo, su placer.
Recuerda como busca impaciente con sus dedos ese deseo inmediato, tal vez creyendo que con eso la encenderá como una cerilla, tal vez no sabiendo que lo que de verdad incendia su cuerpo es ese deseo de su propio deseo, ese querer inflamar todo su ser, el reflejo de sí misma en los ojos de él, cuando la mira, con ojos de cristal, cuando la explora y la hace explotar. La sonrisa del vencedor que en realidad no sabe que es el vencido, que ella le ha ganado al convertirlo en su espejo.

O tal vez ambos son jugadores de un mismo juego.