Siempre escribo de mujeres, soy mujer. Escuché en su momento que si quieres escribir debes hacerlo sobre aquello que conoces. Yo no quiero “escribir”. Yo escribo como hablo, como respiro o como duermo. Pero es cierto que escribo historias de mujeres, con mujeres, sobre mujeres.
Hoy la historia la encuentra sentada frente a un PC en una oficina vacía, sola, vuelve a ser la cabeza de turco de la fatal coordinación del equipo. Pero le importa una mierda.
Atiende a quien viene con su mejor sonrisa, pero su tiempo de trabajo lo dedica a cualquier actividad que no reporte beneficio a quienes la han perjudicado, un año con ellos le ha enseñado que todos son amigos hasta que deben cumplir con quien consideran un extraño.
Sabía de su cordialidad, apreciaba a la mayoría, pero sabía que no podría contar con ellos salvo que fuese una tirada o una extranjera…para todo lo demás, búscatelas.
Sus pensamientos pasaban rápidos de la deliciosa experiencia de abrir su ventana y ver África hacía menos de 48 horas, a las estupendas charlas de Manolo, el dueño de la casa, personaje y narrador de historias, persona ante todo, y amigo de sus amigos a todos los efectos.
Volvía a sentir en sus fosas nasales el olor de la tormenta sobre el Estrecho, y el de su piel después del sexo, suave y penetrante a la vez, tabaco rubio. Tendidos en aquel cuarto, escuchando tan solo el viento y su propia respiración.
¿Cómo puede pasarse de algo idílico a esto en menos de dos días? “Y en menos de dos segundos, pareces nueva”, se recriminó a sí misma.
Decidió no pensar más en la semana anterior ni en el momento actual, decidió recrearse en la sensación que le provocaban sus recuerdos del fin de semana, y se abandonó al vuelo de sus dedos sobre las teclas oscuras que narraban por ella lo que podía haber sido una semana eterna…cuantas malas noticias puede aguantar un alma en menos de una semana…cuantas escapadas puede planificar una mente en menos de una semana…cuantas citas, informes, cafés, cañas, llamadas, usuarios, sonrisas forzadas y no forzadas, hastío…eso es, hastío y nada más, sólo eso le provocaba ya el espacio en el que más horas pasaba cada día…
Creo que dejaré esto en suspenso, tengo que cerrar…vaya ser que se me cuele algún indeseable…
Hoy la historia la encuentra sentada frente a un PC en una oficina vacía, sola, vuelve a ser la cabeza de turco de la fatal coordinación del equipo. Pero le importa una mierda.
Atiende a quien viene con su mejor sonrisa, pero su tiempo de trabajo lo dedica a cualquier actividad que no reporte beneficio a quienes la han perjudicado, un año con ellos le ha enseñado que todos son amigos hasta que deben cumplir con quien consideran un extraño.
Sabía de su cordialidad, apreciaba a la mayoría, pero sabía que no podría contar con ellos salvo que fuese una tirada o una extranjera…para todo lo demás, búscatelas.
Sus pensamientos pasaban rápidos de la deliciosa experiencia de abrir su ventana y ver África hacía menos de 48 horas, a las estupendas charlas de Manolo, el dueño de la casa, personaje y narrador de historias, persona ante todo, y amigo de sus amigos a todos los efectos.
Volvía a sentir en sus fosas nasales el olor de la tormenta sobre el Estrecho, y el de su piel después del sexo, suave y penetrante a la vez, tabaco rubio. Tendidos en aquel cuarto, escuchando tan solo el viento y su propia respiración.
¿Cómo puede pasarse de algo idílico a esto en menos de dos días? “Y en menos de dos segundos, pareces nueva”, se recriminó a sí misma.
Decidió no pensar más en la semana anterior ni en el momento actual, decidió recrearse en la sensación que le provocaban sus recuerdos del fin de semana, y se abandonó al vuelo de sus dedos sobre las teclas oscuras que narraban por ella lo que podía haber sido una semana eterna…cuantas malas noticias puede aguantar un alma en menos de una semana…cuantas escapadas puede planificar una mente en menos de una semana…cuantas citas, informes, cafés, cañas, llamadas, usuarios, sonrisas forzadas y no forzadas, hastío…eso es, hastío y nada más, sólo eso le provocaba ya el espacio en el que más horas pasaba cada día…
Creo que dejaré esto en suspenso, tengo que cerrar…vaya ser que se me cuele algún indeseable…