miércoles, abril 23, 2008

Quien me conoce...


Quien me conoce imaginará que hoy no estoy de humor.
Quien no me conoce ya me irá conociendo.
Estoy a dos días de irme de vacaciones y no puedo con las pestañas.
Disponibilidad 0.
Esa es mi conclusión de hoy.
Culpabilidad mal entendida por mi parte.

Duermo entre 5 y 7 horas máximo al día.
Trabajo entre 8 y 9, y gasto cerca de 3 entre ir y volver al curro.
Intento por lo menos 3 días en semana pasar algunas horas con mis sobrinas.
Si no puedo hacerlo a primera hora de la mañana, lo hago a última de la tarde.
Cuento con día y medio para ver a la persona que quiero cada semana, que aumenta a dos y medio cuando soy yo quien se desplaza, lo que nos supone levantarnos a las 5, 30 de la mañana para llegar al trabajo en Madrid, y llegar a mi casa a las 8 de la tarde como muy pronto.
Esto suponen unos 1600 km de media al mes, que han aumentado a 3200 en los últimos dos meses debido a una lesión que tuvo como consecuencia mi ausencia prolongada de esta bendita ciudad.
Si me hago la suma de las horas diarias que dedico tan solo a lo más indispensable, trabajo y sueño son unas 19 horas, a las que sumamos una media de dos más para ver a mis peques (y no son diarias), lo que hacen 21, pongamos media mas para comer y cenar, ya tenemos 22, lo que me deja dos horas más para dedicar a mi tan querida vida social, que suele irse en alguna caña (alargada por gusto) y que se lleva de media otros tres cuartos de hora en desplazamientos puesto que trabajo en el culo del mundo.
Dos horas que me gusta dedicar a “mi gente”, a saber como van, como viven, que hay de nuevo. Ya tenemos 24.

Quien me conoce sabe que “mi gente” es mucha y variada. Quien me conoce sabe que para mi dos horas son insuficientes, que siempre acaban siendo tres o cuatro, robadas al sueño, o al tiempo de familia, aunque si me conocen bien, bien, bien saben que son robadas a esto...esto que es MI TIEMPO, de descanso, de evasión, de soledad buscada, de desconexión total del mundo.
Escribí la primera reflexión o cuenta temporal de mis días para hacerme ver a mí misma que no puedo estar en todas partes para todo el mundo. Que no puedo predicar a nadie lo que no sigo para mí misma, que he vuelto a caer en el “abierto 24 horas”, para las cañas, para los regalos, para las fiestas, para los cuidados, para los por favores o los me apetece verte...

Escribo esto que sigue para ver si quien me conoce me echa una mano, y al igual que en el trabajo, por favor, me de un preaviso para despedirme, para encontrarme, o para buscarme...
Soy consciente de que todos vivimos a 100 cada día, todos tenemos mil cosas que hacer y que resolver. Yo solo estoy reconociendo que no llego a todo por mucho que quiera, procuraré no pretender que si yo no puedo, los demás tampoco puedan.
Agradecería que lo que no queráis para vosotros, tampoco lo queráis para mi.

Y yo que tenía pensado escribir un relato, tengo que reconocer que ni para eso tengo tiempo.

lunes, abril 14, 2008

..nas noches


...na suerte.

Vamos a dormir que ya va siendo hora. Otro finde casual, de los que me gustan, de esos de familia golfa, de lascivia, cigarritos de la risa y slalom por los bolardos de Malasaña.

De esos de hablar de cosas serias y divertirse.

De esos en los que envías sondas y responden.

De esos que sería genial que fueran gratis, aunque te gastes lo ahorrado con la ligereza de quien tiene millones, porque el momento lo vale.

De esos en que remoloneas en el sofá y ves pelis de la adolescencia, y Bowie hace de malo.

De esos que te dejan un sabor agridulce, porque ya es lunes.

lunes, abril 07, 2008

Excusas

Aventada.
Roída.
Cansada.
Kilometrada.
Ojerosa.
Acampada.
Pescada.
Oronda,
y feliz.

Apremiada.
Liada.
Liosa.
Contracturada.
Arañada.
Adormilada.
Despeinada,
y febril.

De todo estoy, cuanto, y cuando será.
En nada me voy, como y por qué, no lo sé.
Y ese camino en hora y poco recorrido,
sin dejar de ver y mirar, rozar y fumar,
mil veces andado,
mil veces odiado,
mil veces más quiero, porque no es la distancia el peligro
es la excusa del que no sabe amar.